En la vida nos vamos a cruzar con muchas personas: esas que logran sacarnos una sonrisa cuando estamos tristes y nada nos alivia; esas que nos hacen sentir mejor sólo con su presencia porque están a nuestro lado en el momento indicado; esas que nos ayudan a manifestar lo mejor de nosotros mismos porque con sus acciones son un ejemplo; esas que a pesar de las amarguras y los tristes episodios que les tocó vivir siguen adelante y nos alientan a seguir progresando; esas con las que sufrimos mucho y lloramos pero, con el tiempo, comprendimos que no tuvieron la culpa, nos dejaron una gran lección y más experiencia.

También hay gente que es especial en nuestro camino, porque nos dejan huellas. Algunos aparecen junto a nosotros en las fotos de la niñez, también en las diferentes etapas consecuentes, hay quiénes nos siguen acompañando y otros ya no.

Suponte que tuvieras que confiarle lo que más quieres a una persona, o estuvieras mal por algún motivo y necesitas un consejo, consuelo o un abrazo… ¿A quién llamarías? ¿En quién confiarías?

Esa persona seguramente es muy importante en tu vida y la consideras un/a AMIGO/A.

Es una relación mutua que se alimenta de momentos compartidos, complicidades, secretos, confianza, cariño, comprensión, amabilidad, sinceridad, diversión, carcajadas, viajes, anécdotas, tiempo libre, consejos, charlas, mates, bebidas, comidas, algún pasatiempo favorito, estudio, trabajo, otro amigo en común, etc.

¡Agradece los que tienes y por cada ser que aparece en tu vida y se convierte en uno!

La amistad es uno de los motivos más lindos para ser felices y estar agradecidos día a día.

“Quien tiene un amigo, tiene un tesoro”