La plenitud no siempre depende de la edad.
Seguro alguna vez te has preguntado cuándo es el mejor momento de tu vida, cuál es el estado de mayor de plenitud que puedes alcanzar. Comúnmente se relaciona con la edad pero la verdad es que podemos estar toda nuestra vida plenos.
Hay señales que nos pueden indicar que estamos en un momento de la vida de plenitud. En este artículo te contaremos cuales son esas señales y te explicaremos qué significa cada una de ellas.
Señales de que estás en la plenitud
Hay diferentes tipos de indicios que pueden determinar que estas atravesando el el momento de mayor plenitud y no es la edad. Son 4 en particular.
1- El estado de tu mente
La mente es el conjunto de capacidades intelectuales que posee tu cerebro. Esta tiene la capacidad de pensar, almacenar, asociar, combinar, deducir e interpretar, entre otras cosas.
Se ha determinado que después de los veinte años la capacidad de almacenamiento disminuye un poco y después de los cuarenta otro poco. Pero no te preocupes, siempre podrás estimular tu mente con ejercicios y actividad cerebral.
2- El estado de tu cuerpo
El estado físico es muy importante para determinar la plenitud, pero no en cuestiones estéticas o de musculatura sino en cuestiones de cómo percibes tu cuerpo y de cuánto estás dispuesto a hacer.
Tener energía para hacer actividad física es un gran síntoma de plenitud. Dependiendo la edad y el tipo de ejercicio esta energía variará, pero que la poseas es algo definitivamente positivo.
3- Tu visión y perspectiva
La forma en la que ves las cosas, la adaptación de tus experiencias a tu vida práctica, las interpretaciones que puedes abordar, entre otras cosas es parte de la plenitud.
La paciencia, la tolerancia, la comprensión, la empatía, la valentía, el coraje, entre muchas otras son parte de esta plenitud. Llegar a sentirse mejor y poder dar cosas mejores a quienes te rodean indudablemente es estar en un momento pleno.
4- Tus deseos y pulsiones
El estímulo sexual y las pulsiones pertenecen a la plenitud. Sentirse cómodo con el propio cuerpo y tener deseos por otras personas y querer darse placer es algo que se cree se promedia hasta los cincuenta o sesenta años.
Esto también es algo que se puede estimular y practicar de diferentes maneras, solo se tiene que tener ganas y paciencia para intentarlo. ¡Anímate!
Así que ya sabes, la plenitud no es una cuestión de edad sino que es una cuestión de cómo te sientas, cómo te percibas, qué deseas y cómo piensas.
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